ZORRA «RESIGNIFICADA…» O «ZORRA VETE A FREGAR«
.- Se intensifica la polémica sobre la canción que representará a España en el próximo Festival de Eurovisión. Cada vez surgen nuevas voces dentro del feminismo que piden su retirada por otra en la competición musical.
.- La delegada de Igualdad, Diversidad e Inclusión de RTVE, Montserrat Boix, ha presentado su dimisión tras la elección de Zorra» porque dice que la canción ni es feminista ni empodera a las mujeres.
.- Sin embargo el colectivo LGTBI considera el tema como un himno a la libertad de las mujeres.
.- La cantante Mery Bas (del dúo Nebulossa, autor del tema), dice que con su canción se resignifica la palabra «zorra» en el uso social. Se suma así a la rehabilitación en curso de otras palabras denigrantes para las mujeres o gays como «histérica» o «maricón», respectivamente.
Por Nani Carvajal
¿Es «Zorra» degradante o liberadora para las mujeres? La polémica por la canción de Mery Bas y Mark Dasousa (Nebulossa), que respresentará a España en el próximo Festival de Eurovisión, (Malmo, Suecia, 7-11 de mayo), sigue dando que hablar tanto dentro como fuera del país.
Su letra es «apta» para participar en el concurso, según RTVE, organizadora del la elección del tema y persigue, insiste el ente, empoderar a las mujeres haciendo un uso libre de la palabra «zorra» por peyorativo que ahora parezca. Pero la delegada de Igualdad de la cadena, Montserrat Boix, no lo comparte y ha presentado su dimisión. Así suena la polémica canción:
El relato oficial de la propuesta española lo respalda también el presidente del Gobierno, la Ministra de Igualdad y el colectivo LGTBI+ . Se le enfrentan sin embargo numerosos grupos feministas, la voz de la calle y otros medios de comunicación. El nexo de unión de ambas posturas se encontraría en «resignificar» la palabra «Zorra», o lo que es lo mismo, cambiarle el uso social, emplearla con otro espíritu y quitarle la carga despectiva que conlleva después tantos siglos conceptuando la peor ofensa que se le puede dirigir a una mujer.
¿MISIÓN IMPOSIBLE?
La palabra «maricón», tradicionalmente despectiva para el colectivo gay, empieza a usarse en los últimos tiempos de forma diferente, en conversaciones de jóvenes cuando se reúnen entre sí aunque no sean homosexuales. Es curioso pero, «oye, maricón», es ya casi tan cotidiano como decir , «oye, tío», y no suena chocante en los entornos juveniles. Igual que hace unas décadas la palabra «tía» -en su asepción no familiar- era similar a «zorra», «fulana», o «puta» y ahora se suele usar sin sentido despreciativo para nombrar a una más del grupo. En los Estados Unidos, la columnista y ensayista, Elisa Bassit, lleva un tiempo tratando de desmontar la carga peyorativa de la palabra «histérica», término médico en su origen que el machismo ha utilizado para callar y calificar a mujeres que no aceptan los roles sociales convencionales. Pero la tarea de resignificar «zorra» se presenta más peliaguda.
DE “ZORRA PUTA” A “ZORRA EMPODERADA”
Resignificar “zorra”, el insultante término contra la mujer, y convertirlo en el halagüeño “empoderada” se presenta difícil pero no imposible. La filóloga sevillana, María de Carmen Cafferatta, nos recuerda que las palabras modifican su significado por diversas causas, la más corriente por un error repetido constantemente: detentar por ostentar, por ejemplo. Sin embargo no es así para “zorra” que no se presta a equívocos. En este caso, dice M. Carmen Cafferatta, el cambio se produciría si se dieran algunas de estas causas:
– Lingüísticas: por la propia evolución de la palabra entre los hablantes.
– Históricas: por el cambio social, la transformación de la vida y la aparición de realidades nuevas.
– Sociales: por determinadas innovaciones introducidas por grupos sociales o políticos que llegan a provocar cambios en la semántica de las palabras.
– Y psicológicas: el significado de ciertas palabras es alterado por razones emotivas o mentales, a veces por medio de metáforas y analogías para mayor expresividad.
Las palabras, dice la filóloga, suelen tener distintos significados según los países, algo que sucede con “zorra” pero no con “puta” que es universal. Recordemos, añade, que hasta hace poco en Argentina, cualquier mujer que fuera llamada zorra se habría ofendido pero, últimamente, se ha vuelto aceptable el uso del término e incluso a veces se toma como un cumplido.
«ZORRA» INSULTA A LA MUJER
Quienes defienden la canción aseguran que con la nueva semántica de «zorra» – la «zorra resignificada» que pretende Nebulossa-, nuestra propuesta eurovisiva se convierte en un himno a la libertad y al empoderamiento de las mujeres. Sin embargo, en los años 80, Rigoberta Bandini con su «perra» y Las Vulpes con su «zerda» fracasaron en sendos intentos similares: cuarenta años después llamar a una mujer «perra», «cerda» y «zorra» sigue siendo un insulto. Así lo ha reconocido Loles Vázquez, una de las componentes del grupo vasco:
«todavía la palabra ‘zorra’ sigue rasgando las vestiduras».
Y es que resignificar y empodear no van al alimón. «Si quitas la palabra ‘zorra’ (de la canción de marras) a mi me parecen más fuertes las letras de Rocío Jurado», añade la cantante de Las Vulpes.
FEMINISMO DIVERTIDO
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, sin embargo insiste en que los cambios sociales, y entre ellos el empoderamiento de las mujeres, los abanderan la cultura y la música en general. Por eso, está convencida de que «Zorra», «es una canción divertida, que rompe estereotipos, rompe moldes, rompe con el edadismo». Claro que lo dice después de que Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno al que pertenece, calificara la copla en cuestión de «feminismo divertido» y le hubiera dado en «La 6» el plácet oficial como versión reconversora:
«A la ‘fachosfera’ le hubiera gustado más el ‘Cara al sol? en Eurovisión, pero a mi me gusta ‘Zorra'».
La ya de por sí difícil resignificación del término «zorra» se complica si se une a otros conceptos cargados de intención, como el de «fachosfera» de Sánchez. La periodista Ana Rosa Quintana se lo hizo saber sin profundizar en el asunto: «Es un tema innovador que no suele ser el típico que gana Eurovisión«. Para ella, es más grave que el presidente califique de fachas a quienes no les gusta la canción.
Más contundentes se han mostrado sus compañeras de Mediaset, las colaboradoras de «En boca de todos», Sonia Ferrer y Carmen Ro, quienes sí han entrado al fondo: «Incluso teniendo una letra que parece tener una reivindicación feminista, que yo también veo, me parece absurdo que el que te llamen zorra sea ‘empoderante’… ¡Ya está bien, hasta aquí podíamos llegar!», afirma Ferrer y añade:
«Que tengamos que cambiar el significado de una palabra para sentirnos empoderadas y que esta sea llamándonos ‘zorra’… Mejor vamos a intentar que dejen de llamarnos zorras».
PUESTA EN ESCENA HIPERSEXUALIZADA
El empoderamiento se presenta difícil si tenemos en cuenta además algo que destaca Carmen Ro:
«Este discurso de que la letra es feminista, tapado por una puesta en escena hipersexualizada anula, por supuesto, cualquier reivindicación feminista».
Susana Griso, (Antena 3), es también tajante y no traga con la resignificación de la palabrita: “No hay feministas que apoyen esta canción, lo que pasa es que hay un desembarco de gente que defiende exactamente lo contrario al feminismo, e incluso se han aprovechado de las manifestaciones del 8 de marzo, y cuyas reivindicaciones son para decir que todo siga perfecto cambiando el significado a todas las palabras. Ahora ‘zorra’ es empoderante. Pues así no”. Griso tampoco está dispuesta a aceptar la resignificación de «maricón»:
“Yo me planteo este debate con la palabra ‘maricón’. ¿Qué pensaría la comunidad LGTBI si la canción fuese ‘maricón, maricón, maricón, eres un maricón’?”.
¿HIMNO A LA LIBERTAD O INSULTO?
La comunidad LGTBI no ha respondido a la pregunta de Griso, pero sí tiene claro que el concepto «maricón» se ha resignificado y ahora con «zorra» se quiere hacer lo mismo, por lo que estaríamos, asegura el colectivo multicolor, no ante una simple canción sino frente a un himno sobre la libertad sexual de las mujeres.
Ante este panorama, el feminismo se ha debido de quedar muy atrasado. Si la canción «Zorra» supone un avance cultural y una «demostración de pluralidad y diversidad» en palabras de la ministra de Igualdad, la Plataforma contra el Borrado de las Mujeres no lo entiende así:
«¿Entonces hay que resignificar todas las palabras y transformar que nos llamen cerdas, guarras, para empoderarnos? ¿Cómo reaccionaríamos ante ello?»
El Instituto de las Mujeres está recibiendo centenares de quejas y protestas contra la pieza musical y varios grupos feministas se han unido al «Borrado» para rechazar la letra de «Zorra», término que «utilizan frecuentemente los agresores sexuales, acosadores y maltratadores», insisten.
ZORRA VETE A FREGAR
El temazo eurovisivo que antes de concursar en el festival ya arrasa con casi cuatro millones de descargas en You tube es, según Ángeles Álvarez, feminista, ex diputada del PSOE y ex portavoz de Igualdad, «la exaltación del sexismo, la misoginia, y la banalización de la violencia». Y añade:
«Este es el panorama. No es cultura, es el ensalzamiento del machismo más zafio. Veréis a vuestras hijas reivindicándose zorras».
El mismo convencimiento se palpa en la calle donde la gente se expresa tan claramente como lo ha hecho Mari Cruz Garrido, profesora y miembro de Docentes Feministas de Tomelloso, Ciudad Real, a raíz de otra polémica surgida por unas «actividades para la mujer» (más rancias que el hilo negro), ofertadas por el Ayuntamiento: «No solo las mujeres nos sentimos agraviadas. El mensaje que dan a las niñas es que están limitadas al ancho y largo de su hogar. Nuestras niñas tienen que tener claro que las aspiraciones que tienen están más allá de las paredes de su casa. Después de oír que el empoderamiento es subir a un escenario y que te llamen ‘zorra’ ya solo nos falta que nos digan: ‘Zorra, vete a fregar'».
Misión imposible, sí, para qué engañarnos. El otro jaleo eurovisivo, el del boicot a Israel, es capítulo aparte.
Nani Carvajal es directora y editora de Mujeres del Sur.
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