Por Paula Gómez Rosado
EL CALLEJERO Y SUS NOMBRES
El hecho de que cualquier mujer protagonice con su nombre la rotulación de una calle supone estar presente y ser reconocida por sus méritos y logros, formando parte de la memoria colectiva (1).
Surge el recuerdo de esta cita al leer el resultado de un trabajo dirigido por la profesora Laura Páes Hurtado y realizado con el alumnado del aula específica del IES Torre de los Herberos de Dos Hermanas, gracias Laura por implicar a tu alumnado en esa tarea. El objetivo ha sido analizar el sesgo de género en el callejero de la ciudad y enviar sus conclusiones al Ayuntamiento con la propuesta de que se tenga en cuenta para las próximas calles a inaugurar, cosa fácil en una ciudad en continua expansión.
Los resultados no muestran nada nuevo bajo el sol porque las mujeres seguimos siendo invisibles en el callejero, como en el resto de ámbitos de la sociedad salvo excepciones.
He sacado los datos del periódico La Semana de Dos Hermanas y no sé si han llegado a alguna otra conclusión, pero está muy claro que las mujeres y su diversidad aparecen de manera testimonial. Los nombres de varones son 508 (36%) en primer lugar, las mujeres 120 (8.52 %) en último lugar, tras los de naturaleza, lugares y otros. Dentro de los nombres de personas, los destacados por temas se reparten así: política 63 (12.4%) hombres y 11 (9.16%) mujeres, títulos nobiliarios 69 (13.58%) hombres y 4 (3.33%) mujeres, profesiones 304 (59%) hombres y 22 (18.33%) mujeres y personajes de ficción 5 (0.98%) hombres y 8 ((6.66%)mujeres. El resto son divinidades, vírgenes, santas y religiosas suman casi el 60% de los nombres de mujeres. El número de hombres religiosos es muchísimo más bajo, representa el 13.8%.
Los nombres de las calles no son aleatorios, sino que representan marcadores o señas culturales de los municipios como reflejo de la propia sociedad. Por ejemplo, un estudio muestra que la población de las provincias españolas con mayor porcentaje de calles tiene creencias religiosas más fuertes.
¿De verdad ese porcentaje de nombres de mujeres por motivos religiosos responde a lo que la gente elegiría libremente? ¿Representa la diversidad de nuestra ciudad en materia religiosa, incluyendo el ateísmo? ¿No hay mujeres importantes para la sociedad nazarena que merecerían formar parte de esa cultura local que se escribe en cada esquina a la vista de todas las miradas y que de alguna manera nos representan?
LO PÚBLICO Y LO PATRIARCAL
Esto ocurre en mi ciudad de residencia, pero estoy segura que en cualquier otra que hagamos el mismo estudio las conclusiones serán semenjantes, es una situación general que responde a la idea patriarcal de lo público como exclusivo de los hombres.
Se puede poner la excusa de que las calles vienen de lejos y la realidad ha cambiado mucho, pero antes no había mujeres con méritos propios para aparecer destacadas en el espacio público. Dos realidades que paso a desmentir:
Las calles vienen de lejos, pero si miramos los barrios de nueva construcción cuyos viarios se han inaugurado en las últimas décadas y sus topónimos se han aprobado en ayuntamientos democráticos, nos encontramos que los avances son mínimos en comparación con el centro histórico, aunque haya algunas mujeres más en esos barrios nuevos y alejados, por lo tanto, no vale ese argumento de que es una realidad heredada ni es algo propio de una ciudad determinada, sino que está generalizado a lo largo del mapa sin excepción.
En un estudio realizado por profesorado de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla,
publicado en 2022 sobre todo el callejero español, sacan las siguientes conclusiones generales:
Los resultados del trabajo indican un lento avance hacia la igualdad desde 2001, con un aumento en el porcentaje de calles de mujeres de solo 3 puntos porcentuales.
Considerando únicamente las calles nuevas y renombradas,este procentaje es significativamente mayor, oscilando entre 14,3% en 2015 y 35,1% en 2022. Sin embargo, se mantiene una tendencia a nombrar calles que sigue favoreciendo a hombres frente a
mujeres, en una proporción de 2 a 1 . (2)
LOS HOMBRES SON EL MODELO
En segundo lugar, es verdad que antes había menos mujeres que hombres con
reconocimiento público, pero algunas sobresalían y se invisibilizaban de manera consciente (profesionales exitosas, mujeres de letras o artistas, colectivos etc…). Todavía las mujeres necesitan mucho mayor esfuerzo y mejores resultados para lograr el mismo reconocimiento social. Por tanto, las causas de fondo son muy distintas y la primera es que vivimos en una sociedad patriarcal en la que los hombres siguen siendo la medida y el modelo mientras las mujeres sufrimos, quizás de forma menos visible, discriminación en todos los ámbitos.
La decisión de los nombre del callejero es una decisión política y yo señalaría que, según la ideología de partido o de los partidos que conforman el equipo de gobierno municipal, se eligen los topónimos. Incluso llega un grupo e inaugura una calle con un nombre de alguna persona célebre y cambia el color del equipo de gobierno y ponen otro nombre a la calle.
El segundo es que la política sigue estando masculinizada, aunque los partidos progresistas intenten darle su barniz violeta y se logren avances legales. Pero las decisiones se toman desde esa mirada androcéntrica que nos ignora o infantiliza.
IDENTIDAD DE LA CIUDAD
Y me parece tan necesario reconocer lo importante que son los topónimos para el
simbólico de una ciudad o pueblo. Porque los nombres de calles, monumentos, espacios públicos y privados de una ciudad constituyen una parte importante de su identidad y base de su cultura.
Recorrer una ciudad desconocida y leer las placas de lugares públicos nos da una imagen de su historia, su gente, sus intereses y sus creencias. Si no estamos bien representadas, no existimos.
Las mujeres llevamos dos siglos en un esfuerzo titánico doble:
Demostramos que somos capaces y podemos, cuando nos dejan, estar y destacar en todos los campos del saber y en los ámbito sociales. Somos profesionales, políticas, empresarias, sindicalistas, científicas, deportistas, artistas, con los mismos resultados que los hombres, ellos siguen con sus privilegios como el reconocimiento social, la remuneración económica y la visibilización en los medios. “Es el patriarcado, amigas” nos dirían algunos.
Por otro, necesitamos seguir exigiendo igualdad legal y real. la primera se ha conseguido, pero a veces, las leyes necesitan concreción y se quedan en mera declaración de intenciones o tapan la realidad. En cuanto a la igualdad real, queda mucho para lograrla y en estos momentos, nos enfrentamos a una tarea ardua y difícil para avanzar y no perder lo conseguido.
Si nosotras seguimos invisibilizadas e infravaloradas, no podemos pretender crear una sociedad más igualitaria en la que desaparezcan las violencias contra las mujeres. Cuando se impone un simbólico social que nos ignora o menosprecia, para poner a los hombres como referentes únicos y validados, quedamos como ciudadanas de segunda, personas de poca importancia y lo que no tiene valor se puede romper, tirar, arrinconar…
“…el callejero ‘confirma la situación de las mujeres respecto a los hombres’ en la sociedad, la desigualdad estructural en la que vivimos sin darnos cuenta, porque vivimos en una sociedad absolutamente masculina».
REFERENTES
Además, también se puede hablar de lo que genera a futuro esa invisibilización social: falta de referentes (3).
Las mujeres necesitamos vernos representadas, es de justicia, es un derecho y resulta imprescindible para sentir que formamos parte de una sociedad que nos valora y a la vez, las niñas necesitan referentes, modelos a las que seguir y los niños mujeres a las que valorar y admirar para tratar como iguales a sus compañeras.
Por último, en todos los campos de ámbito político, social, cultural, científico, artístico etc., hay hoy mujeres destacadas como para que un barrio, una ciudad, un país… se sientan orgullosos de leer sus nombres en el callejero.
Algunas propuestas concretas:
1- Petición a los ayuntamientos para que ante nuevos viarios, elijan nombres de mujeres
en mayor porcentaje que hombres hasta que la balanza al respecto se vaya nivelando.
2- Pedir a los colectivos de mujeres feministas que hagan propuestas concretas para calles nuevas o cambios de nombres en calles existentes por otros de mujeres o colectivos de éstas con argumentos sólidos¡,busquen apoyo entre la ciudadanía y propongan a los ayuntamientos.
3- Realizar actuaciones activistas como señalar con placas ficticias, aunque sean de
cartulina, los lugares importantes relacionados con mujeres, hechos o colectivos de mujeres del barrio, el pueblo o la ciudad. Publicar en los medios al alcance, biografía de mujeres olvidadas.
Para terminar: si no estamos en las calles, no se nos ve; si no se nos ve, no contamos socialmente porque lo que no se ve no se nombra y lo que no se nombra no existe,por eso de que el lenguaje hace pensamiento. Si no existimos ni contamos, seguimos careciendo de una identidad y una ciudadanía propia en igualdad con los hombres.
Paula Gómez Rosado es escritora y feminista.
(1) Extraído de “Análisis de género en el distrito centro de la ciudad de
Málaga”. Avanzando a una odonimia feminista Lula Linares Rodríguez
(2) https://www.upo.es/diario/ciencia (Dolores Gutiérrez
Mora y Daniel Oto Peralías)
(3) (abogada feminista y exsindica de Greuges de la Comunidad Valenciana Emilia Caballero
https://www.informacion.es/alicante/2024/01/31).