Las voces feministas que se han alzado en estos últimos tiempos han demostrado una división clara, meridiana, sobre las principales líneas políticas adoptadas por el gobierno en materia de Igualdad. Las críticas sobre las medidas contra la violencia, la abolición de la prostitución, los «defectos» de la Ley del sólo sí es sí y la controvertida Ley trans se han radicalizado cada vez más dentro del feminismo hasta el punto de que llegamos a este 8 de marzo de 2023 con un movimiento feminista aún más dividido que el año anterior.
Este lamentable panorama no deja de ser calamitoso para los intereses de las mujeres en su lucha por la igualdad por mucho que la diversidad de tendencias haya sido una constante en nuestra historia. Esta crisis o ¿ruptura? cada vez más expedita lleva a Mujeres del Sur a hacerse eco de recientes reflexiones publicadas por dos destacadas feministas andaluzas, Amparo Rubiales y Soledad Granero.
AMPARO RUBIALES: «EL PATRIARCADO NOS DEBILITA DIVIDIÉNDONOS»
La históricsa feminista sevillana, abogada, ex diputada y ex consejera de la Junta, Amparo Rubiales, (PSOE) considera paradójico que se hable de ruptura del feminismo precisamente cuando nuestro país es referente europeo en políticas de Igualdad. En su artículo «¿Ruptura del feminismo?» (Diario de Sevilla 25-2-2023), dice que «no deberíamos hablar de feminismo, sino de feminismos» y recuerda la diversidad y pluralidad que ha tenido siempre el feminismo a lo largo de su historia en nuestro país.
Para Rubiales ha existido no obstante un «punto de inflexión» : «el #MeToo para denunciar las agresiones y el acoso que se producían en el mundo del cine, principalmente,» que propició » un 8 de marzo en 2018 glorioso para el feminismo, que nos hizo creer que era también decisivo para cambiar, mejorándola, la democracia mundial. Habíamos iniciado la cuarta ola del feminismo».
Cinco años después de aquel histórico 8 de marzo, Amparo Rubiales se pregunta por qué el próximo, «las manifestaciones no van a ser ni tan masivas, ni tan unitarias. ¿Culpa de quién? ¿Del movimiento feminista? ¿Del machismo que incrementa el patriarcado ante la fuerza demostrada en estos años? ¿Por la crisis económica? ¿La pandemia? ¿La polarización? ¿No entender la transexualidad y enfrentar a las feministas clásicas con las feministas partidarias de l@s trans? De todo un poco. Lo triste es que, el movimiento feminista, los feminismos, han retrocedido y el machismo, el patriarcado, nos ha debilitado, dividiéndonos.»
«Aunque me entristece esta ruptura, hay que admitir que los avances en España siguen por delante de todos los demás países y que que siempre se han realizados por Gobiernos socialistas», concluye la veterana feminista.
SOLEDAD GRANERO: «EL PODER DESMONTA NUESTRAS CONQUISTAS»
La curtida feminista e igualmente histórica, Soledad Granero Toledano, dice claramente en su artículo «Que no nos representan» (El común.es 27-2-2023), que el poder institucional está alejado del movimiento feminista: «No recuerdo un momento político tan delicado para las mujeres estando gobernando partidos que se llaman de izquierdas. Ello se debe, sin duda alguna, a que la derecha actual es mucho más beligerante aquí y en todos los lugares del mundo, pero también porque la ideología, nada feminista, de quienes nos rigen, está en conexión directa con el, neoliberalismo más feroz», dice.
Y cita: «Véase el proyecto de la llamada Ley Trans, de la mano de los intereses de las industrias farmacéuticas «,Véase el desinterés manifiesto en atender las reivindicaciones del movimiento feminista sobre la abolición del sistema prostitucional (LOASP), «Véase la falta de intervención contra las empresas dedicadas a la explotación reproductiva de las mujeres a través del alquiler de sus vientres y de sus cómplices, los compradores de niñas y niño».
Miembro de la Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución, también de la Plataforma 8 de Marzo y ex cordinadora de políticas de Mujer de IULV-CV, Granero considera que el Ministerio de Igualdad, que fue una reivindicación feminista, diluye sus objetivos con direcciones generales ajenas a los intereses de las mujeres y pone en cuestión el feminismo oficial de los dos sectores del gobierno: A la «parte PSOE» le reconoce la Ley contra la Violencia de 2004, «con consecuencias no siempre positivas en el ámbito penal» y que » no fue consensuada con el movimiento feminista» y la Ley de Igualdad de 2007 que «el gobierno PSOE promulgó presionado por la Unión Europea que le llamó la atención por la tardanza en promulgar una norma en este sentido». Y asegura: «Lo único que sobresale últimamente es ver cómo, aisladamente, la ex vicepresidenta Carmen Calvo, en sus tertulias radiofónicas o periodísticas, genera ciertas expectativas de coherencia feminista que después no tienen una traducción práctica».
En «su parte Podemos», Soledad Granero, añade: «La Ministra Irene Montero, de manera vergonzosa, se permite decir que la abolición de la prostitución no puede desarrollarse porque no hay consenso, (cuando el que no está convencido es el propio Gobierno ni ella como portavoz en la materia) y, sin embargo, en lo que no hay consenso, como en la autodeterminación de género, califica al feminismo contrario a esa medida, directamente o a través de sus secuaces, como de tránsfobo y pone toda la carne en el asador para aprobar una Ley, mal llamada trans, que tiene al feminismo en pie de guerra.»
Y concluye: «Por eso el poder, dirigido por el capital y/o las instituciones gubernamentales, intenta buscar atajos rápidos y contundentes para desmontar todas nuestras conquistas. Las feministas, piensan, hemos llegado demasiado lejos».
Mujeres del Sur.