
LA DEUDA HISTÓRICA ESPAÑOLA CON EL PUEBLO SAHARAUI ES AGUA PASADA
.-La Marcha Verde, iniciada el 6 de noviembre de 1975, cumple 50 años. Fue una movilización masiva organizada por Marruecos para reclamar el territorio del Sáhara Occidental, en aquel momento una colonia española. España la cedió con la promesa de procurar su autodeterminación.
.-Medio siglo después, el Sáhara Occidental continúa siendo un territorio pendiente de una solución definitiva, entre su derecho a la soberanía y la nueva geopolítica internacional que prima los intereses de dominación de Marruecos
.-«El Plan de autonomía marroquí» es lo último aprobado en la ONU sobre el Sáhara. Una propuesta de autonomía presentada por Marruecos sobre la base de que la soberanía de los territorios le pertenece íntegramente. Ha contado con el asentimiento español.
.- Con miles de personas desplazadas residentes en los campamentos de Tinduf, esperando una solución que respete el derecho a una autodeterminación cada vez más lejano, este 6 de noviembre recuerda la deuda histórica española con el pueblo saharaui que hoy ya es agua pasada.
.- El papel de las mujeres saharauis en esta lucha y resistencia ha sido reconocido por organismos internacionales y movimientos feministas de todo el mundo como ejemplo de liderazgo en contextos de guerra.
Por Sara Lagos

El 6 de noviembre de 1975, hace exactamente medio siglo, el rey Hassan II de Marruecos – padre del actual- movilizó a 350.000 personas en una marcha hacia el Sáhara Occidental. La llamada Marcha Verde precipitó el final de la presencia española en el territorio que coincidió con el final del franquismo en nuestro país. Para el pueblo saharaui se abrió una nueva etapa de ocupación y conflicto que perdura medio siglo después. Pero entre la geopolítica y el exilio, las mujeres saharauis emergieron como protagonistas silenciosas de una resistencia que no ha cesado.
DE LA HUIDA AL LIDERAZGO

Cuando la población saharaui fue desplazada hacia el desierto argelino, las mujeres fueron quienes levantaron desde cero los campamentos de Tinduf: “Mientras los hombres estaban en el frente, nosotras teníamos que hacerlo todo: educar, cuidar, decidir”, recuerda Fatma Mehdi, actual secretaria general de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS), en declaraciones recientes a medios internacionales. Esa estructura se convirtió en uno de los pilares del movimiento de liberación del Frente Polisario.

Durante los años ochenta y noventa, las mujeres dirigieron escuelas, hospitales y cooperativas, además de ocupar cargos institucionales en los campamentos. “El feminismo saharaui nació del exilio, no de los libros”, señala una de las representantes del Frente polisario, Najat Hamdi.

“Tuvimos que construir un país sin tierra, y hacerlo desde la igualdad era la única forma posible de sobrevivir.”
El papel de las mujeres saharauis ha sido reconocido por organismos internacionales y movimientos feministas del Sur Global como ejemplo de liderazgo en contextos de guerra Su lucha, no exenta de obstáculos, se ve reforzada por las nuevas generaciones que reclaman mayor representación política y un feminismo que también cuestione las estructuras patriarcales internas.
EL FEMINISMO DEL DESIERTO
Aunque cueste creerlo, el autodidacta feminismo saharaui es, además, anticolonial, y por si fuera poco, también interseccional, pues reconoce y trabaja la interrelación del sexo, género, etnia, clase social y orientación sexual. Se presenta como una lucha doble, por un lado contra la ocupación y por otro contra las desigualdades de género. Por eso en su agenda siempre se incluyen temas como la participación política, la educación de las niñas en los campamentos y la visibilización internacional del papel de las mujeres en el proceso de autodeterminación.
EL VOLANTAZO POLÍTICO QUE JAMÁS SE EXPLICÓ
Hasta 2022, España mantenía una postura oficial de neutralidad activa, apoyando las resoluciones de Naciones Unidas que reconocen el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. El 18 de marzo de 2022, Marruecos hizo público un comunicado del Palacio Real en el que agradecía al presidente español Pedro Sánchez su apoyo al plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental. La confirmación llegó poco después en una carta firmada por Sánchez dirigida al rey Mohamed VI, en la que calificaba la propuesta de Marruecos como “la base más seria, creíble y realista” para resolver el conflicto. El Gobierno español no había informado previamente al Parlamento ni a sus socios de coalición (incluido Unidas Podemos), lo que generó un fuerte debate político interno y críticas incluso dentro del propio PSOE.
El cambio se produjo tras meses de crisis diplomática: Marruecos había retirado a su embajadora en Madrid en 2021, después de que España acogiera al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por razones humanitarias. A esto se sumó la crisis migratoria en Ceuta, cuando Rabat relajó el control fronterizo y permitió la entrada de miles de personas, sobre todo menores, interpretado como una forma de presión diplomática. España buscaba restablecer la cooperación en materia migratoria, antiterrorista y comercial con Marruecos, considerado un socio clave en la contención de flujos migratorios hacia Europa. También existían intereses energéticos y pesqueros compartidos, y el respaldo de la Unión Europea a un acercamiento con Rabat. España, según analistas, habría querido alinearse con la postura estadounidense y francesa, buscando mayor estabilidad en su relación con Marruecos.
Argelia, principal apoyo del Frente Polisario, rechazó esta decisión, retiró a su embajador y suspendió el tratado de amistad con España, afectando el suministro de gas y las relaciones comerciales. Organizaciones de derechos humanos, movimientos solidarios y colectivos feministas denunciaron el giro como una renuncia a la responsabilidad histórica de España y una traición al derecho internacional. En el Congreso de los Diputados, ante una iniciativa en favor del referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental, presentada el 7 de marzo de de 2022 por Unidas Podemos, ERC y Bildu, el PSOE se quedó solo manifestando su rechazo. Todos los partidos salvo el socialista criticaron el cambio de posición del Gobierno sobre el Sáhara que, para el pueblo saharaui significó un golpe a su esperanza de autodeterminación pendiente desde 1991.

Este cambio de postura del Gobierno español —que en 2022 respaldó públicamente la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental— ha sido vivido por el pueblo saharaui como una traición histórica. España, antigua potencia administradora del territorio, había mantenido durante décadas una posición formal de neutralidad y apoyo al proceso de autodeterminación auspiciado por Naciones Unidas. “El giro del Ejecutivo español legitima la ocupación y silencia medio siglo de lucha saharaui, especialmente la de sus mujeres”, denuncian organizaciones feministas. Para muchas de ellas, este cambio no solo rompe un compromiso político, sino también ético y feminista, pues deja desprotegido a un pueblo que ha hecho de la igualdad y la resiliencia su bandera.
AUTONOMÍA, PERO MARROQUÍ
«El Plan de autonomía marroquí» es lo último sobre el Sáhara y fue aprobado la pasada semana (31/10/2025) en el Consejo de Seguridad de la ONU. Se trata de la propuesta de autonomía presentada por Marruecos sobre la base de que la soberanía de los territorios le pertenece íntegramente. Un planteamiento que ha sido calificado como “la solución más viable» para resolver el conflicto y que ha sido votada mayoritariamente por 11 países, España incluido.

En pleno 2025, las mujeres saharauis siguen al frente de proyectos educativos y de cooperación y mantienen viva la causa del Sáhara. La Marcha Verde fue un punto de inflexión político; su consecuencia, una diáspora que ha dado lugar a una generación de mujeres que articulan su identidad entre el exilio, la resistencia y el feminismo. Como recuerda Fatma Mehdi,
“Nosotras no somos víctimas, somos sujetas políticas”,
Medio siglo después, esa frase resume la esencia de una historia que se resiste a ser olvidada: la de mujeres que transformaron el desarraigo en liderazgo y el desierto en territorio de dignidad. Porque, si algo ha enseñado la historia del Sáhara Occidental es que las mujeres han sido —y siguen siendo— las verdaderas guardianas de su futuro.
Las mujeres saharauis y el conflicto de su pueblo en Mujeres del Sur:
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